"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

martes, 16 de octubre de 2007

Plan de ataque


El plan está perfectamente estructurado, previsto hasta el milímetro. Si algo falla, es culpa de los contendientes. Cualquier retraso sobre el horario previsto puede resultar fatal, así que no podemos quedarnos rezagados bajo ningún matorral. Alcanzado un objetivo, no hay tiempo que perder para emprender el siguiente. Es posible que nos asalten en alguna emboscada, o nos tiroteen desde la maleza o los árboles. En ese caso, hay que mantener la cabeza fría y responder con precisión y rapidez. Puede surgir el cansancio, pero cualquier concesión al desaliento supone perder el objetivo final: llegar al final del día con toda la agenda cumplida.

Huy, sí, no creáis que no es poca guerra, la de mañana. El día más prieto de la semana. Pero lo tengo tooodo planificado. Eso sí, cualquier retraso hará que algo importante se me escape de las manos, así que, terminado un asunto puntualmente (porque ha de terminar a su hora y si no ya verás qué problema), no hay tiempo para dormirse en los laureles. Imprevistos puede haber, claro que sí. Entonces ya veremos qué hacemos, pero de prisa. Y si a mitad de jornada surge algo de modorra, que surgirá, no vale parar ni aminorar la marcha, que perdemos el tren para lo siguiente.

Mañana toca día largo, pero hay que llegar con vida al final. ¡Lo conseguiremos! ¡Hale, hale!