"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

sábado, 28 de abril de 2007

Es que yo ya...

"Ayer entré en tu blog", me dijo esta mañana alguien bastante cercano. "Yo también", añadió una segunda. La semana pasada, otra persona me dijo que había entrado, que intentó poner un comentario, pero que no lo había conseguido. Hace dos semanas, recibí de otra amiga un mail con un sugerente gato con botas, la mascota del blog.
Total, que todo el mundo entra, que me parece muy bien, pero aquí nadie deja huella. Ni que acabase de limpiar. "Es que no sé cómo se hace", me dijo alguien. Y conociendo a ese alguien, comprendo que lo peor de todo es que seguramente es verdad.

Hay personas que no han sido dotadas de una especial destreza en el manejo de artilugios técnicos: "¿Y qué botón decías que era para rebobinar (más frecuentemente "ir para atrás")?"; "Entonces, para colgar cuando acabe de hablar, le doy aquí, a éste rojo, ¿no?"; etc, etc.

Pero mi teoría con respecto a esto es que, más que una cuestión de destreza o de edad ("Huy, hija, es que yo YA..."), es una cuestión de ponerse a ello. Darse cuenta de que las máquinas, pequeñas o grandes, ni muerden, ni sonríen cuando nos ven venir con cara de primera vez o cuando cometemos un fallo, ni tiemblan cuando les ponemos la mano encima.

Dos ejemplos que avalan esta teoría:

1- ¿Por qué yo no sé poner una lavadora? Porque creo que lo he hecho tres veces aisladas en mi vida. En mi casa quien pone la lavadora es mi madre. En cambio, servidora se encarga del horno. Ambos electrodomésticos tienen el mismo grado de simplicidad, pero las costumbres han hecho que uno de los dos nos parezca imposible.

2- Varias personas que conozco, mayores de sesenta años, afirman que ya no están para móviles. Por su forma de coger uno con las dos manos, parece ser cierto. Este fin de semana, mientras tratábamos de recuperar el camino perdido andando por senderos de Castilla, contemplamos la bucólica y tradicional escena de un pastor con sus ovejas. Y el pastor tan tranquilo hablando por el móvil. Entradito ya en años, el hombre. O sea, que lo de la edad no sirve.

Que todo es empezar, sí, creedme. Dicen que los españoles, primero lo tocamos todo, lo intentamos todo, y sólo al final, cuando no queda más remedio, miramos las instrucciones. Teniendo en cuenta que los folletos suelen venir en cualquier idioma antes que en español, es bastante lógico que actuemos así. Como mejor se aprende es investigando por uno mismo o atendiendo las explicaciones que nos den sin pensar mientras tanto "es imposible, es que yo ya...".

A veces nos ponemos cada barrera por delante, que si nos la hubiese puesto otro, lo consideraríamos enemigo.

A pesar de ello, comprendo que en ocasiones la complejidad supera todo ingenio, sagacidad y paciencia. El dibujo lo ilustra perfectamente.

miércoles, 25 de abril de 2007

Sabios y algo más

El periódico de mi ciudad, cada día más chismoso, trae los miércoles un suplemento sobre la universidad, y dentro de él un blog sobre algún tema en concreto. En este caso se habla de la semana de Pasión. Normalmente los mensajes de los lectores suelen ser respetuosos, pero como sobre la Iglesia uno puede lanzar impunemente cualquier porquería, aquí hay un tal Alfredo que lanza un original comentario sobre la hipocresía y la "parafernalia absurda que nadie entiende" (las procesiones), etc, etc.

Al tratarse del blog de la Universidad, supongo que quien escribe en él es universitario. Por lo tanto, si no entiende él, gran sabio, la "parafernalia absurda", no lo entiende nadie.

Dios confunde a los sabios y se manifiesta a los humildes. Es algo así, ¿no? No me he atrevido a entrecomillarlo porque, aunque la idea es ésa, no sé si es literal. Me acuerdo, a propósito de esto, de aquella historia que leí en una ocasión. Resulta que un maestro estaba explicando a sus pequeños alumnos que una ballena era incapaz de tragarse un hombre. Una niña intervino:
- Pero a Jonás sí se lo comió una ballena.
- Eso es imposible - respondió el maestro, tajante -. La faringe de una ballena es demasiado estrecha para que pase un hombre. Esa historia es pura ficción.
- Cuando llegue al cielo, se lo preguntaré a Jonás.
- ¿Y si Jonás fue al infierno? - repuso el maestro, malévolo.
- Entonces se lo preguntará usted.

martes, 24 de abril de 2007

"Sin excusas"

Tenía pensado escribir un comentario acerca del libro "Sin Excusas", de Kyle Maynard, cuando terminara de leerlo, y no he podido resistir adelantarme. Y eso que al ritmo que voy, no creo que me dure toda la semana. Aunque tampoco es tan extenso.
Cuando vi la portada pensé que lo más importante de todo sería conocer cómo un joven sin extremidades había ido superando desde su nacimiento todos los obstáculos que se le iban poniendo por delante. Ver cómo no se había quedado en casa rabiando contra sí mismo, contra sus padres, contra Dios, sino que se ha convertido en campeón de lucha libre (por ejemplo), escribe perfectamente, se ha graduado, etc, todo ello ya habría sido bastante edificante.
Pero lo más delicioso de todo es ver cómo este muchacho, encima, se lo ha pasado bomba desde el primer momento: aprendió de niño a usar un palo de hockey y jugó de portero; jugaba a policías y ladrones en el parque con sus amigos, avanzando a brincos si era necesario; participó en los boys scouts; montaba la bici que su padre arregló a sus circunstancias; salía de excursión con sus padres y sus tres hermanas; monta a caballo; etc, etc.
El estilo desenfadado con que relata su vida y también sus dificultades hace que entreveamos una personalidad batalladora, descomplicada y, desde luego, alegre.

miércoles, 18 de abril de 2007

Abuela a los treinta y ocho

De vez en cuando, para fomentar mi sentido de responsabilidad, observo madres jóvenes y pienso que a mis treinta años yo ya podría ser madre de al menos cinco o seis hijos, o más, si hubiese decidido esa vía.
Lo que jamás se me había pasado por la cabeza era la posibilidad de que en muy pocos años, por edad, hubiese podido ser ya abuela. Pasen y vean.
En fin, felicidades a las seis.

domingo, 15 de abril de 2007

Conmovedor

Ahora les entra la vena educativa. Lo que se alega ahora con Diego Lucas Bernal (El niño de El Royo) podían reclamarlo tantos y tantos...
Se dice de él que nació careciendo de lo que en un bebé es habitual: una familia y estabilidad.
Cierto.
Que carece de relaciones afectivas positivas y seguras.
También cierto.
Que el derecho a ser padres no puede prevalecer sobre el del menor a desarrollarse en un ambiente normalizado.
Es verdad.
Y que la ley que da pie a situaciones semejantes requiere una revisión que evite la pérdida del sentido común.
Conformes.
Ahora sólo nos queda sustituir al protagonista de esta historia por tantos que van de un domicilio a otro, según el turno, y peor aún, por todos aquellos que, a falta de una papá, tengan dos mamás, o viceversa.
Y nos quedamos en las mismas.

jueves, 12 de abril de 2007

La impresora y las redes











"Impresora: parte del equipo informático que se atasca cuando uno no mira." (Definiciones de Murphy).

Es, sin duda alguna, el elemento más desesperante de todo el hardware. Traicionera, delicadísima, a veces incluso diría que perezosa. Frecuentemente, al terminar justo a tiempo el trabajo que debemos entregar, vamos a imprimirlo y nos vemos frustrados ante una impresora que puede hasta no dar señales de vida. Ni un mensaje indicando el problema, ni un ruido que haga sospechar un atasco... Silencio absoluto. Estos problemas suelen comenzar al día siguiente de expirar la garantía.
Cuando esto sucede, me acuerdo de aquel símil que oí en su día, haciendo referencia a la pesca milagrosa. Ya se sabe, San Pedro, pescador profesional, había pasado toda la noche trabajando sin recoger un solo pez. En pleno día, la peor hora para pescar (por lo visto), un carpintero va y le dice que eche las redes.
"Es como si tú", me decían, "hubieses pasado la noche trabajando frente al ordenador para terminar lo que debes entregar al día siguiente a primera hora, pero éste da un problema que no te deja continuar. Intentas resolverlo una y otra vez, de varios modos. Te llega la luz del día y aún no has conseguido avanzar, porque ese problema lo impide. Entonces, con la mejor intención de ayudarte, llega un profano en informática y te dice: ¿Por qué no aprietas este botón verde, a ver si se resuelve?"
Desde entonces, cuando oigo o leo este pasaje del Evangelio, recuerdo mi impresora, comprendo la perplejidad de San Pedro y valoro muchísimo más su sumisión.

miércoles, 11 de abril de 2007

Sin derecho a apelación

"La desavenencia de los padres daña más a los hijos que la separación." Gloria Zegrí, psicóloga clínica.

Hace un mes entraba yo en la biblioteca municipal para acceder a la red. En mi casa no hay internet. ¿Arcaico? Puede, pero tenemos el ordenador impoluto, ni medio virus, oiga. A lo que iba: acababa de colocarme en el ordenador que me habían asignado y al acceder a mi servidor de correo electrónico, vi que el anterior usuario no había cerrado correctamente su sesión. Es más, no había cerrado absolutamente nada, de modo que me di literalmente de narices con sus mensajes. En este caso se trataba de la bandeja de correos enviados. El último llevaba como título S.O.S.
Entre otros defectos que morirán conmigo, está la curiosidad. Y con un título así, un autor para mí desconocido totalmente y una absoluta impunidad amparándome, a solas con mi conciencia y tras una dura lucha (sí, no, sí, no...), terminé por leer el correo privado ajeno.
Pensé que se trataría de alguna petición de ayuda sin importancia (unos apuntes de última hora el día antes del examen, por ejemplo), pero no. Aquello era serio. Quien escribía decía tener 14 años e imploraba ayuda para superar la separación de sus padres. Su mensaje estaba redactado con una desesperación que habría conmovido a las piedras, con la angustia del que ha intentado lo imposible para superarlo, infructuosamente. Lo peor, si cabe, es que el mensaje iba dirigido al buzón de correo de una web infantil-juvenil, no a ningún amigo entrañable.
¿Qué lleva a buscar una salida en un desconocido? Intenté imaginarme a sus padres, probablemente ajenos a la angustia de su hijo, una angustia prematura que le supera a su edad.
"Tiene que aceptarlo", oigo decir en situaciones semejantes. Los adultos nos hemos olvidado de lo que suponía necesitar al padre y a la madre.
Todos necesitamos el agua. El día que nos falte tendremos que aceptar esa situación, qué remedio, pero al mismo tiempo lucharemos a brazo partido para recuperar de cualquier modo ese agua. Y que nadie intente impedírnoslo.
Que nadie intente impedir que los hijos reclamen a sus padres, a los que tienen derecho.

Ciencia

"Los obispos están poco documentados; la ciencia busca la verdad y, si la encuentra, es irremediable aceptarla." Santiago Dexeus, ginecólogo.
Desconozco en qué contexto está dicho, pero estoy totalmente de acuerdo con la segunda parte de la frase. El problema es identificar la verdad con el provecho propio.
Como la ciencia busca la verdad, hundamos a alguien en el hielo para comprobar con certeza cuánto tarda en morir congelado. Si son tres, mejor, de distintas edades, porque sin duda la madurez es un factor importante a tener en cuenta en el resultado.

miércoles, 4 de abril de 2007

Entre la LOGSE y los padres...

Ayer no encontré forma de colocar una foto de Nuestra Señora de la Vera Cruz, que era la que buscaba y que es encantadora. Entre las candidatas a posar para el blog apareció también una imagen de Ntra. Sra. de los Dolores, la Piedad, etc, que salen en procesión el Viernes Santo. Los nombres de la imágenes me recuerdan la salida que tuvo un chaval de unos doce años (no era tan pequeño), que andaba de turismo puro y duro con sus padres en un conocido santuario ESPAÑOL, el Santuario de Nuria, provincia de Gerona. Esperábamos al tren "cremallera", que sube al santuario propiamente dicho, cuando oí a mi lado una pregunta:
- Mamá, ¿por qué todos los santuarios tienen nombres de chica?
Menos mal que estaba su madre para instruirle:
- No sé...
Hijo, es que haces unas preguntas...

martes, 3 de abril de 2007

No podía ser menos


Como veo que todo el mundo presume de su Semana Santa (que si el Cristo de la Buena Muerte, etc), pues yo no voy a ser menos, teniendo una Semana Santa de tradición ancestral.
La que veis ahí es Nuestra Señora de las Angustias, de Juan de Juni, que salía hoy en procesión por Valladolid al encuentro de su Hijo en la Calle de la Amargura. Digo que salía, porque ya me la he perdido un año más. Pero ha sido por trabajo. ¡Y que no falte!