Hay cosas que sólo son explicables por medio del ejemplo vivo. Me explico yo también: resulta que hace unas pocas semanas, en el hospital, una enfermera ya talludita comentaba a otra paciente que una de sus hijas, casada, se veía obligada (no sé hasta qué punto) a trabajar una ristra interminable de horas al día fuera y lejos de casa. Su marido, que también trabajaba, sólo se reunía con ella prácticamente por las noches. La conclusión era clara: dadas las circunstancias actuales de crisis y tal, no iban soltar sus trabajos y por lo tanto no podían tener hijos, porque ¿cómo se iban a hacer cargo de ellos, si no paraban en casa ninguno de los dos?
Ignorando las demás circunstancias del matrimonio, como su situación económica y demás, no se puede entrar a juzgar si su decisión era lógica o no, aunque por lo que explicaba la enfermera, su hija no era empleada de limpieza precisamente. Tenía un cargo en la empresa "que no podía rechazar". Es decir, demasiado suculento.
A lo que iba: la gente te cuenta a veces unas situaciones que parece que hasta convencen. "Es verdad, ¿cómo van a tener hijos en una situación así?". Pero luego se ven ejemplos como los de esta familia del vídeo, y todas las "razonadas sinrazones" caen por su propio peso:
Desde aquí mando un cariñoso saludo a las familias numerosas que veo los domingos en misa. A veces los niños están muy revueltos, pero me divierte cantidad ver las caras de "pasmaos" que se les queda a todos los presentes que seguramente decidieron, con todo el sentido común del mundo, parar al segundo.