"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

miércoles, 17 de abril de 2013

No es igual


Quién más, quién menos, ha oído o dicho alguna vez que lo de arrodillarse ante el Santísimo "es igual"; que Dios no mira los gestos, sino el interior, etc. Aparte de que el exterior es reflejo de lo que se lleva por dentro, lo que se esconde detrás de ese rechazo a doblar la rodilla es el permanente orgullo humano, que se manifiesta incluso ante su Creador. Es verdad, nadie te va a pedir cuentas si lo haces o no. No es ninguna falta, ni nada de nada. Pero sí merece la pena pararse a pensar un poco: ¿qué te lo impide? Jan Verkade, cuya historia podéis leer aquí, nos cuenta su experiencia antes de convertirse al catolicismo. En el pueblo de Huelgoat, donde se hallaba una temporada pintando paisajes posimpresionistas, había una iglesia. Allí fue con un amigo. Aunque antes ya había estado en iglesias católicas, era la primera vez que asistía a una misa. De cara a la Consagración, todos los hombres se arrodillaron y recuerda Verkade:
 
“¿Cómo? ¿Yo arrodillarme? Mi orgullo protestaba con todas sus fuerzas contra semejante humillación. Pero yo estaba allí de pie,  sobresaliendo entre todos; no podía hacer otra cosa y me arrodillé como los demás. Cuando los hombres se levantaron, también me levanté. Pero al levantarme algo había cambiado en mí. Era ya católico a medias, pues mi orgullo se había quebrantado. Me había arrodillado”.

No es igual.