Recibo ayer un angustioso whatsapp. Carmen nos cuenta que los mandamases de la universidad de Valladolid, rojos a más no poder, han decidido no reconocer las especialidades a su Escuela de Magisterio Fray Luis de León, una institución de la diócesis y adscrita a la universidad, con los mismos derechos que el resto de escuelas y facultades.
¿Por qué será que no me extraña? Hasta aquí podríamos pensar que se trata sólo de una pequeña batalla administrativa entre instituciones; pero muchos sabemos que lo que hay detrás es la guerra abierta contra todo lo que huela a Iglesia aunque sea de lejos.
La Escuela pelea y los alumnos se movilizan. La vicerrectora se niega a recibirles, pero ellos la esperan a la puerta del despacho. El tira y afloja continúa. Han puesto una petición al rector en change.org. Quien lo desee queda invitado.