Hace un tiempo contaba en este blog la historia de Concha y Vicente. Pues bien, hoy Concha está de luto. Él ha permanecido hasta el final con las consecuencias de su ictus y ella, como siempre, a su lado.
Ya me veo a los listillos de siempre en estos momentos: "Ha sido mejor así", "Para estar así, mejor que se haya muerto", etc. Incluso se lo dirán a ella con todo desparpajo, como si fuera el único sentimiento posible en esta circunstancia y como si necesariamente tuviera que estar también de acuerdo.
No sé lo que pensará Concha, no tengo confianza para preguntárselo, y creo que nadie debería hacerlo. Al fin y al cabo, ¿quién sabe lo que va por dentro de otra persona?