"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

domingo, 1 de mayo de 2011

Rechazo



Esta mañana me he acordado de Carmen. No es una amiga, ella es... ¿cómo llamarlo? Algo así como una compañera de trinchera.

Carmen tiene un aspecto de lo más saludable. Aparentemente no le sucede nada, pero lo cierto es que padece no una, sino varias enfermedades serias. Esto le hace acudir al hospital con cierta frecuencia para recibir los tratamientos correspondientes. Tiene muchas limitaciones, de las que sólo nos enteramos los demás si nos las cuenta o si se vive con ella. Su marido la abandonó hace años, cuando vio el panorama que se le venía encima. En fin, que su vida ha sido y está siendo “un camino de rosas”. No obstante, es una mujer fuerte y no se hunde con facilidad.

Pero todo tiene un límite.

Carmen afirma que es agnóstica. Empírica. Que necesita ver para creer. Que la religión no tiene ninguna base científica ni lógica. Que su práctica debería relegarse a la familia y a las catequesis. De la escuela y de la vida pública, fuera. Todo esto podría tomarse como una “opinión” oída por ahí y que ella se ha tragado sin más, como tantos otros. Sí, podría ser así, si no fuera porque Carmen habla con resentimiento. No escucha, y cuando se consigue meter baza, interrumpe de manera cortante.

Me pregunto si en realidad no estará enfadada con la vida y sobre todo con Dios, al que probablemente echa la culpa de todo su dolor. Lo disimula muy bien, pero el dolor siempre termina por abrirse paso, exigiendo un sentido trascendente. Y cuando se echa a Dios de esa manera, hay que buscarse excusas para tranquilizar la conciencia: “en realidad Dios no existe”, “nos han educado así”, “no tiene ninguna base”. Y sobre todo, hay que apartar la vista: quitar crucifijos, eliminar religión de las escuelas...

El otro día nos enfadamos. Dijo cosas que no se podían consentir. Pero hoy, escuchando en misa el pasaje del evangelio sobre Santo Tomás (“si no veo, no creeré”) me he acordado de Carmen y he rezado por ella, quiera o no. No me lo puede impedir.