¡Estoy tan harta de esta frase! Por mil motivos que tenga alguien para decirlo, no serán nunca los suficientes. A mi entender, la cosa está clara: si no te gusta el país donde vives, lárgate. Que me da igual si es español o extranjero. ¡Lárgate! ¿Qué haces aquí? Sólo dos circunstancias pueden justificar la permanencia en un país que no gusta: ser menor de edad, o sea, dependiente de unos padres o tutores, o bien estar en la cárcel. En este último caso la explicación sobra.
Quiero a España, y la quiero tanto que aunque esté agonizando bajo el mandato de unos incompetentes (los que sean), jamás la insultaré ni haré insinuaciones denigrantes acerca de los defectos supuestamente "nacionales" de sus hijos. Y menos delante de extranjeros.
¿No te gusta tu país? Lárgate. Ya estás tardando.