Dentro de poco empezará a verse guiris por la calle. Ya van llegando algunos al hotel. De momento con cuentagotas, pero van llegando.
¡Que sí, que sí! Que a Valladolid también vienen turistas, fíjate. Y hasta se van contentos. Lo valoran mucho más que los autóctonos, que cuando se les pregunta qué puede verse aquí no saben ni qué decir. Tan acostumbrados están al Museo de Escultura, al de Colón, a San Pablo, al Palacio Real (actual Capitanía), al Paseo de la Rosaleda, al Pasaje Gutiérrez, a la Academia de Caballería, al Palacio de Santa Cruz, a los edificios del casco viejo, etc, que se quedan mudos ante la pregunta. Por no hablar de los edificios religiosos, iglesias y conventos. Y si no, que se lo digan a aquel gallego de llegó al hotel:
- Muchas iglesias aquí, ¿no? Sales de una y ya ves otra a dos pasos. O otras dos, o tres...
Ya, es que aquí no las quemaron. Imagino que esto sería igual en toda España antes de los años treinta, pero claro, eso a él no se lo habían enseñado en clase de historia.
Veinteañero, pobre. Le pilló la LOGSE y la amnesia histórica.