"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

miércoles, 22 de abril de 2009

¡Vikinga!


Ayer tuve una ciberconversación, si se puede llamar así, con dos (según ellos) ateos. No sé si conviene mucho hacer estas cosas, porque es un tema tan profundo y personal, que más vale hablarlo cara a cara, pero, para ser sincera, me hincharon las narices. Sus razonamientos eran tan obsoletos, absurdos y superados que decidí contestar. Y luego al comprobar su temperamento grosero decidí despedirme y abandonar la conversación. Su principal argumento era tan pobre y zafio como que a Dios no se le ve. Yo a ellos tampoco les veía en ese momento y no por ello me cabía la menor duda de estarme comunicando con seres reales.
Yo tengo una teoría: la mayor parte de los que se llaman ateos, en realidad saben que Dios existe, pero sus leyes les resultan tan incómodas que terminan por recurrir al absurdo del autoengaño. Sin Dios no hay leyes. Sin leyes, viva la juerga. Lo malo es cuando viene Paco con las rebajas, como en el caso de Carlota. Sin Dios, su situación habría sido como para decir adiós con viento fresco a todo el mundo, ahí os quedáis todos, que yo le doy al off y que nadie me lleve la contraria. ¿Resignada? Echad un ojo al vídeo. La tía es feliz por los cuatro costados.
¿Que a Dios no se le ve? Me da igual. En vidas como la de Carlota, D. Luis de Moya y tantos otros, a Dios se le palpa.
Como dice la madrastra de Juno en la peli del mismo nombre, "¡es toda una vikinga!"