Así estaba Valladolid el domingo por la noche. Ahora nadie habla del asunto. Todo el mundo ha vuelto a su trabajo como si tal cosa.
No pudo ser. Poco era un 1-0 en casa. Aunque especialista en defensa desde siempre, el Real Valladolid sucumbió y el ascenso a primera tendrá que esperar.
Temí ese día llevar el coche al trabajo, porque a la vuelta quizá las calles estarían imposibles. Decidí arriesgarme y a la vuelta no hubo problemas. Era evidente lo que había sucedido.
Oscura, de riguroso luto, la calle guardaba silencio.