"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

jueves, 8 de noviembre de 2007

Autobuses elásticos


Sabía perfectamente que en Valladolid tenemos la mejor flota de autobuses urbanos de toda España, al menos. Pero lo que ignoraba era que fuesen elásticos.

Por circunstancias que no vienen al caso, decidí ir al trabajo en autobús, cosa que no suelo hacer por la mañana. Cuando llegó, vi que venía inflado, varios pies y manos de los viajeros rebosaban por las ventanillas, los mofletes aplastados contra los cristales... Para mí estaba clarísimo que no podía coger a nadie más y cuatro personas esperábamos para subir. Efectivamente, paró, pero sin abrir las puertas. Lógico, sólo iba a dejar un pasajero y para eso abrió únicamente la puerta de atrás. No obstante, una señora picó la puerta desde fuera, con intención de entrar. Yo sonreí, ante su optimismo, pero mi risa se transformó en sorpresa, cuando vi que la puerta se abría. Cuando ya me había resignado a esperar al siguiente bus, resulta que éste pretende tomar más pasajeros. Vi cómo los tres primeros consiguieron subir y creí que yo ya no cabía, pero inesperadamente, ante mí se abrió el hueco justo para acoplar mi carrocería. "¿Estamos todos?", preguntó el conductor, y cerró las puertas. Intentaba localizar entre aquella masa de cazadoras, bolsos, etc, la máquina bonobús, pero comprobé que era del todo inaccesible. De repente, una mano solícita surgió entre la espesura. Era la del conductor. Tomó mi tarjeta y picó en su máquina. "Gracias".

Cómo consiguieron subir en la siguiente parada otras cinco personas, supera ya mi capacidad de análisis y deducción. De ahí la conclusión que da título a esto.