- Hola.
- ...ah.... (intuyo que quiere decir "hola")
A partir de aquí habla sólo ella. Él mantiene un riguroso silencio y yo prefiero no intervenir.
- ¡Cuchiiii! ¡Pero qué guapo es mi niño! Cu-cu-cu-cúuuu... ¡Mmmmuaac! ¿A ver cómo abre los ojitoooosss? ¡Huyhuyhuyhuyhuy!
Él le sopla ligeramente para apartarle un mechón que caía sobre los ojos.
-¡Quita, no hagas eso, que se constipa! Mmm....!! (Tono mimosón) ¿A que sí? ¡Pobrecito!
La criatura apartó la cara, quizá un poco harto de tanto sobeo. Salimos del ascensor. Él va a introducir la llave en la puerta, pero no acierta a la primera.
- ¡Aaaah, que no sabe, que no saaabe! Papá no sabe abrir, díselo, "papá no sabe, papá no sabeee".
"¡Guau!", contestó por fin el interpelado. Y fue depositado sobre sus cuatro minúsculas y peludas patas, desapareciendo a trotecillo en el interior de la casa de sus "papás".
Ay, Señor.