Entrecomillado, porque cuando entra aquí se hace llamar Begoña. Cada uno se llama como quiere.
Se lo dedico a ella porque, justo el sábado por la mañana, que nos vimos, llegaba con un folleto de propaganda electoral (no, no voy a decir de quién) y venía partida de risa. Este chiste de Sansón fue publicado en el periódico del sábado, pero yo no lo he visto hasta hoy.