¿Qué podemos añadir?

La verdad es que he pasado una semana un poco fuera de "blog". El caso es que, ni actualizaba lo mío, ni me he pasado por los blogs habituales. Es por culpa de esto último que me he perdido la última batalla campal en casa del Pianista. Y digo la última, porque no ha sido la primera. Me he enterado de ello por su comentario a mi última entrada. Así que me fui volando a su garito, como dice él, y lo encontré aún recogiendo los desperfectos.

Los "librepensadores", es decir, los fervientes defensores de la libertad de SU expresión, están tomando de su propio jarabe y no les está gustando. Desde poco antes de 1980, socialistas y amiguetes proclamaron a viva voz que ya se podía decir y berrear lo que a uno le viniera en gana y se pusieron la mar de contentos. En lo que no cayeron fue en que, por consiguiente, y por el mismo precio, también deberían escuchar lo que otros tendrían que decir. Pero como bien dice mi amigo el doctor López-Jaime, "no trates de razonar con ellos, no sirve". Por lo tanto, hacerles entender (no a los gobernantes, sino a sus contumaces seguidores) toda la maraña de evidentes aberraciones que se llevan cometiendo en cuatro años, es como intentar deleitar con la Novena de Beethoven a alguien que lleva puestos los cascos escuchando a toda piña La Oreja de Van Gogh.

Y cuando alguien saca a relucir una de esas evidencias, o varias de un golpe, como se ha hecho en el blog mencionado, siempre sale por parte de alguien la más que pueril reacción "y tú más". Y entonces salen a relucir los cañones de Franco (porque claro, a quién se le ocurre tener cañones en una guerra, vamos a ver), la Iglesia que no te borra de los archivos aunque se lo exijas (es que eso de estar en los archivos de la Iglesia tiene que dar un insomnio...), etc, etc, etc.

Total, que uno plantea un tema en el blog para que la gente hable educadamente, aunque sea con distintas opiniones, y siempre hay quien tiene que entrar como un elefante en una cacharrería y dejar el garito hecho un asco.

Pues me temo que no va a ser la última. El Pianista está muy guerrero últimamente, y al parecer, los balazos se le curan rápido. Porque, ¿qué podemos añadir que no se haya dicho ya? Poco, pero como se lee en la columna de al lado, "como nadie atiende, hay que repetirlo".

Y ahora, de postre, cojo y pongo el segundo vídeo que me ha enviado el doctor "López-Jaime".

Hala.