"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)
domingo, 14 de diciembre de 2008
Y ahora en la vida real
- ¿Has olvidado ya quién venció a la bruja la última vez?- preguntó la pequeña protagonista de "El Principe Caspian" (ver entrada anterior).
Peter se lo pensó un poco y por fin respondió:
- ¡Ya hemos esperado demasiado a Aslan!
Para los profanos en la historia, diremos que Aslan representa el sumo Bien y la bruja el mal. En este caso, la respuesta de Peter significa que batallarán ellos solos sin esperar más a Aslan, que tarda en llegar en su ayuda. El resultado es una derrota descomunal. No vencerán hasta más tarde, cuando al mismo tiempo que luchan de nuevo, envían a buscar a Aslan para que les ayude a conseguir la victoria.
Cada uno que saque sus conclusiones. Yo ayer me acordaba de esto, cuando la madre de una amiga me contaba lo que acababa de sucederle:
Hace unos días en Valladolid se inauguró la Adoración Eucarística Perpetua, para lo cual hay turnos establecidos. Uno llega y se apunta (se compromete) una hora determinada a la semana. Y luego hay que ir, claro.
Esta persona, madre de familia, había escogido el jueves de diez a once de la noche. Una hora un poco agotadora, pero hay que cubrir las veinticuatro horas entre todos. El jueves pasado, cuando acababa de llegar a casa, se acordó de su compromiso. Tenía que salir en breve si quería llegar puntual, pero una pereza enorme, acompañada de un natural cansancio, se estaban adueñando de ella, hasta el extremo de que estaba a punto de no asistir. Alguien llamó por teléfono. "Carmen, por favor, reza todo lo que sepas y puedas de hoy a mañana: mi amiga N tiene mañana hora para ir a abortar." Carmen se comió su pereza y todo lo demás para pasar su hora correspondiente ante el Santísimo Sacramento, pidiendo con toda el alma que aquello no sucediera.
Al día siguiente por la tarde llamó para pedir noticias a la que la había avisado. A última hora, la embarazada se había vuelto atrás. No hubo aborto.
Hay que plantar cara a las leyes criminales. Hay que hablar, y en ocasiones a voz en cuello. Hay que escribir, explicar, discutir, hacer sentadas, manifestaciones, pegadas de carteles. Pero que no se nos olvide quién va a vencer al final a la bruja. Pienso.