Explicar los chistes es de muy mal gusto, aparte de que les hace perder la gracia, claro. Así que lo único que voy a hacer es dedicárselo a todos aquellos, que los hay, que alguna vez creyeron en ETA como "liberadores". O, cuando menos, como una especie de mal necesario.
Y a todos aquellos que siguen creyendo en sus brazos políticos.