Siempre me han hecho mucha gracia esos cartelitos que llevan algunos vehículos:
"Yo respeto al ciclista. ¿Y tú?"
Cada vez que los leo pienso lo mismo:
"Yo respeto al ciclista. ¿Y el ciclista respeta a los demás?"
Un cuerno. No respetan ni las más elementales normas de tráfico, como circular en el sentido debido, detenerse con semáforo en rojo, moderar la velocidad en zonas peatonales...
En fin, ya sé que por este vecindario hay asiduos usuarios de las dos ruedas, y por eso no meteré más el colmillo. Pero el tipo de hoy me ha hervido la sangre: un poco más y me lo cargo con el morro del coche. En sentido contrario al que correspondía, no se apartó hasta que lo tuve encima.
Y se quedó tan tranquilo, el andoba.