¿Pasa algo?
A veces, ver cómo "todo el mundo" lo hace, cómo se deshace de la funda, incluso de la imprescindible, puede llevar a la conclusión de que no pasa absolutamente nada, porque nos hemos acostumbrado. Hasta hace unos pocos años, para restar centímetros a blusa, camiseta, falda, etc, había que pensárselo un poco. Ahora es algo que se da por supuesto. La ropa interior ya no es interior. El salvavidas que emerge por encima del pantalón ya no es algo humillante.
Pero sí que pasa.
Caminando por las calles de mi barrio, nada céntrico, observo un tipo de edad difícil de determinar, hablando con dos chavalas de unos trece años. Pensé en la posibilidad, dado el aspecto del individuo, de que estuvieran intercambiando mercancía peligrosa. Al llegar a su altura, llegó a mis oídos un trozo de conversación que me dio dos datos: las chicas iban de compras y el tipo en cuestión era el padre de una de ellas. Oí lo siguiente:
- Si es camiseta, que sea por debajo del pantalón. Eso de ir con la tripa por fuera, ¡que sea la última vez!
Desconozco si las chicas obedecieron, pero la recomendación iba totalmente en serio, y de parte de alguien que, claramente, sabía de lo que estaba hablando.
Cuando veo chavalas excesivamente desenfundadas y acompañadas de sus padres, pienso que las madres son tan vanidosas (en confianza diría otro adjetivo) como sus hijas, y sus padres, malvados, porque, como ejemplares pertenecientes al sexo contrario tienen que saber perfectamente lo que provocan sus hijas, y aun así permiten el riesgo de que sean tratadas de cualquier forma.