Me acordaba porque anoche, en un programa cuyo nombre no mencionaré por no hacerles la mínima publicidad, salía el tal Carrillo a hacer lo único que sabe, aparte de dirigir matanzas, que es decir embustes y tonterías.
Él ya sabemos cómo es: envenenado, rencoroso, embustero. El único éxito de su ángel custodio hasta ahora parece ser conseguirle tiempo y más tiempo de vida, para ver si hay algún signo de conversión, pero de momento sin resultados visibles. Por lo tanto, los vituperios salidos de su boca ya no extrañan a nadie.
Esta exhumación no la ha mandado hacer Garzón. Es de la matanza de Paracuellos, hecha por el Honoris Causa antes citado.
Sí, supongo que hacer acusaciones falsas contra quien se sabe que no se va a defender, bien porque ya no puede, o bien porque sabe que no le van a escuchar, tiene un mérito de impacto.
Acaba de terminarse la batería de mi móvil. Y esto es culpa de Carrero Blanco, no me cabe duda.