Con Mabel, la que pontificaba sobre los derechos de los demás, no conseguí hablar, así que le envié el vídeo-trailer de Blood Money, del que opinaba a la vuelta de correo que le parecía "irreal y partidista".
Navegando por ahí me encontré por ejemplo a Gustavo Bueno, ateo de primera fila, Feministas por la vida y lo más curioso de todo: la Alianza pro vida de gays y lesbianas que, francamente, me hizo mucha gracia. No se trata de sentirse acompañado por quienes al mismo tiempo propagan otros errores, pero es necesario que se sepa que la defensa de la vida no es una cuestión de derechas y de "fundamentalistas católicos".
Hubo algunos que no necesitaron una ley que les permitiera machacar a otros: directamente lo hicieron y se quedaron tan tranquilos. Véase:
Mabel aún no me ha contestado a mi último correo, donde le daba estos datos. Dice que ella nunca discute.