"CUANDO LA VERDAD ESTÁ TODAVÍA CALZÁNDOSE LAS BOTAS, LA MENTIRA YA HA DADO LA VUELTA AL MUNDO" (Mark Twain)

domingo, 24 de junio de 2012

Uno menos... o uno más.

Hoy por la mañana fallecía D. José Antonio Íñiguez, sacerdote numerario del Opus Dei, vinculado a Valladolid desde al menos veinte años. Seguro que más.
Todos los que le hemos oído predicar recordamos, medio en serio y medio en broma, una idea que traía de vez en cuando a cuento de cualquier cosa en su predicación: el Juicio Final, que, según él, se presentaba "interesantísimo". Se regocijaba recordando que ahí se iba a saber tooodo, todo, todo. Los más grandes misterios de la humanidad iban a quedar al descubierto. Pero también todo aquello que con tanto cuidado nos hemos molestado en tapar, en nuestra vida cotidiana, quizá por demasiado humillante...

Decía que a él lo que le imponía respeto era el Juicio Particular, porque ahí era donde íbamos a conocer nuestra nota. El Juicio Final tan sólo la hace pública.

Un día nos contó lo siguiente:
- Yo le he pedido a Dios una cosa, que supongo que me la concederá, porque no creo que se la haya pedido mucha gente: que antes de empezar el Juicio Final, me permita ir saludando a todos aquellos a los que les he hablado del asunto, para ver si se lo habían creído o no. Así que ya sabéis: cuando estemos allí ya todos preparados, y veáis que no empezamos, que sepáis que es por mí, que tengo que terminar de veros a todos.

Sin embargo, que nadie piense que le gustaba meter miedo. Nada más lejos de la realidad. No quiero dejar de mencionar otra de sus particularidades, para mí de las más sobresalientes: esa palabra oportuna y certera, esa capacidad para hacer ver las cosas en su justa medida y nada más. Nunca pasa nada, nada que Dios no tenga controlado.

En fin, como decimos por aquí, que nos espere allí muchos años.