Manolo Peña fue un jugador del Real Valladolid, "la máquina", le llegaron a llamar en alguna ocasión, porque corría que se las pelaba. Formó parte de la plantilla titular en los años 80, justo cuando a mí me dio una fiebre por el fútbol que me llevó a conocer al dedillo todo lo que se cocía en los terrenos de juego. Ciento cuarenta partidos seguidos sin ver una sola tarjeta dicen mucho de la nobleza de un jugador; pero su mayor hazaña la consiguió el 20 de diciembre de 1987, marcando tres goles en el Camp Nou que llevaron a la victoria al Real Valladolid (2-4). El Barcelona llevaba 2-1 de ventaja y parecía que no había nada que hacer. En éstas, llega Peña y marca tres "perillos" en 18 minutos. ¿Qué queréis que os diga? Pues que todavía lo recuerdo. Jamás un lunes acudí con una sonrisa tan amplia a clase. El delirio me duró unos cuantos días y todavía ahora, al recordarlo, se me hace la boca agua.
En fin, la cosa es que hoy me encuentro en el periódico que ha fallecido a los 46 años. Me he quedado perpleja.
Mi héroe.