Por teléfono, desde la recepción a una de las habitaciones:
- Disculpe, le recuerdo que está prohibido fumar en la habitación.
La respuesta me la esperaba:
- ¡Yo no estoy fumando!
- Ya, pues es que huele a tabaco en el segundo y la suya es la única habitación de la planta que está ocupada.
- Habrá sido de antes... ahora no.
- Bueno, da lo mismo ahora que hace dos horas. Las multas son muy fuertes. Lo entiende, ¿verdad?
- Bien... de acuerdo.
Colgué el teléfono. No dejará de sorprenderme la candidez de algunos fumadores. Qué ricos.